La desembocadura del río Guadalhorce está formada por un complejo de
lagunas no naturales. Antes fue una enorme
marisma, donde el mar y el río confluían originando extensos terrenos
pantanosos (esto es un copia-pega de la página de la Junta de Andalucía).
Tiene alto valor ornitológico, al ser uno de
los puntos de escala y descanso más importante a nivel provincial y
regional para las aves migratorias costeras.
Las que se pueden
encontrar a lo largo del año son el morito, el flamenco, la espátula,
la cigüeña negra, la gaviota de Audouin o la pagaza piquirroja, además
de otras más comunes como anátidas, charranes, fochas o garcillas, cuyas
blancas colonias destacan entre los tarajes.
La vegetación del lugar se
asocia a diferentes ambientes, donde la presencia del agua y la sal son
relevantes en su disposición y riqueza. Las zonas alcanzadas por las
mareas se encuentran pobladas de almajos y castañuelas, plantas
adaptadas a suelos de alta salinidad; en los bosques de ribera
predominan los tarajales, carrizales y juncales salteados por álamos
dispersos.
Y ahora a disfrutar de las vistas
0 comentarios:
Publicar un comentario