Valle d'Estós - Ibonet de Batisielles - Ibones de Escarpinosa -Los Pirineos (Huesca)

Es el último día de vacaciones, queremos hacer una ruta sencilla y que no nos lleve mucho tiempo, así que nos vamos a dar un paseo por el Valle de Estós.
Aparcamos el coche en el Parking, estamos a 1.320 m de altitud.

Comenzamos a subir y nos encontramos con esta presa, muy encantadora, el paseo tiene buena pinta.


Llegamos al puente que cruza el río Estós, como no, esto hay que inmortalizarlo, nos encontramos con otra pareja y al menos en una foto, salimos todos.


Es curioso, los caracoles son amarillos, muy distintos a como suelo verlos en el sur. También me gustó la mariposa o polilla. Mi hijo se la llevó de mascota pero le duró poco, es normal.


Todo parece salir como estaba planeado pero nos encontramos con un desvío y como es normal que ocurra en estas situaciones ...... ¿qué hacemos, corto y fácil o largo y medio? Entonces surge el "poyaque", "poyaque" estamos aquí, nos aventuramos.
Nos vamos a ver los ibones.




Situación: Valle d'Estós. Parque Natural del Posets-Maladeta (Huesca).
Poblaciones cercanas: Benasque.
Distancia: 7.520 m.
Dificultad: Media.
Desnivel Valles d'Estós - Ibonet Batisielles: 550 m.
Desnivel Ibonet Batisielles - Ibones de Escarpinosa: 172 m.



La subida se hace un poco tediosa, lo bueno es que aunque hace calor y un sol radiante, el camino se hace entre sombras.

Y llegamos al primer punto
de destino: El ibonet de Batisielles a 1.870 m de altitud y no menos dificultoso desnivel de 550 m.



Tras un merecido descanso nos animamos para seguir.



Agua, que no falte.

Y...........
no hay palabras, tampoco imagen, esto hay que verlo in situ


Segundo punto de destino: Ibones de Escarpinosa a 2.042 m de altitud y 172 m más de desnivel.



No paro de hacer fotos... mola.

Subimos un poco más y nos encontramos con el otro ibon que no carece de encanto.



Nos quedamos un buen rato
y aún así no logramos ver "El monstruo del lago" que fue lo único que hizo mantener callados a los zagales.


En la bajada, justo debajo de la presa, casi llegando al aparcamiento, nos damos cuenta de esto: un bloque de hielo, espectacular. Aunque no lo parezca, era grandísimo.



Se nos hizo literalmente de noche, hemos aprovechado el día al máximo y nos vamos con un maravilloso sabor a Ibon.


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